Esbinote a lo largo de quince años ha creado un mundo donde su obra es el discurso de su abstracción sensorial. El entiende al humano como una estación sensorial que recibe, transforma y emite información. Tal cual una antena que recibe, los sentidos reciben y transforman esta información que al ser procesada por la personalidad, crea, transformándose a sí misma toda vez que al pasar el tiempo se va forjando una historia de vida y a su vez esta historia va moldeando los genes que la componen.

En su obra esta idea es un pilar. La naturaleza es la proveedora de los estímulos, bien sea en su forma más salvaje, bien sea en la transformada por el hombre y su actividad social. La naturaleza genera obra.

Se reproduce a si misma partiendo de ella y se transforma en algo nuevo, en un ciclo infinito.

¿Cómo acercarse a la manera como la naturaleza se genera a si misma? Esbinote decide para responder esta pregunta explorar la dualidad, una dualidad que en su estado más primitivo se contempla.